El proyecto “El derecho a la educación superior” (DES) tiene como principal objetivo que este tema pueda ser reconocido como un imperativo de la justicia social, basada en la igualdad de oportunidades y derechos humanos.  

Se trata de entender a los grupos marginados o limitados por las estructuras existentes, como merecedores de equidad e inclusión en la educación superior (ES). Es respetar también no solo el acceso, sino también la diversidad y la democratización de la ES.  

UNESCO IESALC considera vital que la discusión acerca de esta perspectiva se coloque en la agenda internacional y se genere un cambio en las políticas públicas y en el marco normativo existente.  

¿Cuáles son los objetivos del proyecto?  

  • Articular el DES como parte integral de la educación.  
  • Revisar el marco legal y normativo –Identificar los retos y oportunidades actuales para la difusión del DES.  
  • Enmarcar el proyecto DES en una perspectiva de justicia social  

¿Qué aspira el proyecto? 

  • Crear un marco conceptual para estudiar el DES a través de una perspectiva de justicia social como parte de la evolución del derecho a la educación

  • Desarrollar 14 estudios de caso de todas las regiones del mundo producidos por expertos locales para identificar cambios de políticas y buenas prácticas que afectan el DES

  • Llevar a cabo consultas sobre el DES en asociación con las oficinas de la UNESCO en todo el mundo

  • Establecer un borrador de principios sobre el DES para su presentación y discusión en la Conferencia Mundial de Educación Superior de la UNESCO 2022 en Barcelona, ​​España

¿A quién va dirigido?  

  • Actores políticos  
  • Responsables de la ES  
  • Socios interesados  
  • Investigadores  

¿Por qué es importante el proyecto?  

  • Solo 5% de los jóvenes refugiados están matriculados en la educación superior (fuente ACNUR].  
  • Aunque el acceso a la educación superior en el África subsahariana casi se duplicó entre 2000 y 2018 (del 4% al 9%), fue significativamente inferior al de otras regiones del mundo (por ejemplo, Europa y América del Norte, donde pasó del 55% al 77%) [Informe de UNESCO IESALC sobre el acceso a la ES, 2020].  
  • Si bien la ayuda financiera es un mecanismo importante para acceder a la educación superior, más de tres cuartas partes (77,8%) de la ayuda internacional para la educación superior probablemente permanezca en el país que la dona, por ejemplo, en forma de becas que se otorgan en las instituciones de ES del país anfitrión [Datos de UNESCO IESALC, 2021]. 

“Un enfoque basado en los derechos para el acceso equitativo y el éxito en la educación superior es exactamente el nuevo tipo de intervención que necesitamos en este momento. A medida que la educación superior busca abrirse camino en el contexto de la pandemia y sus consecuencias, debemos reajustar nuestras perspectivas sobre para qué y para quién es la educación superior, si queremos evitar que millones de estudiantes con potencial para la educación superior nunca tengan la oportunidad de ingresar a ella”.

Profesor Graeme Atherton, Director, Red Nacional de Oportunidades Educativas (NEON, por sus siglas en inglés).

Inequidad y retos relacionados al acceso persisten

“Si bien el derecho a la educación superior es generalmente percibido en menor medida como parte integral del derecho a la educación, este nivel no sólo está bien reconocido en el derecho internacional de los derechos humanos, sino que también es un componente importante del derecho a la educación.

El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, va incluso más allá de la Convención de la UNESCO contra la discriminación en la enseñanza, al afirmar que la enseñanza superior debe hacerse igualmente accesible a todos, en particular mediante la introducción progresiva de la enseñanza gratuita.

Sin embargo, hoy en día, 60 años después de la adopción de estos instrumentos, una de las preocupaciones más comunes para muchos de los encuestados en la Consulta Mundial realizada por la UNESCO en 2021, como parte de la campaña “Di no a la discriminación”, era el costo en educación superior en su país, tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo.

La desigualdad y los desafíos relacionados con el acceso persisten en la educación superior, que sigue teniendo un papel periférico del derecho a la educación.

La resiliencia de la educación superior se vio aún más debilitada por la pandemia del COVID-19, ya que la formación de más de 220 millones de estudiantes terciarios se vio repentinamente interrumpida en 2020 por el cierre de universidades.

En este contexto, la iniciativa de concienciación sobre el derecho a la educación superior como imperativo de justicia social es, no sólo oportuna, sino crucial para desplegar los principios y obligaciones que se relacionan con este nivel.

Necesitamos seguir trabajando en el derecho a la educación superior como componente fundamental del derecho a la educación, y esencial en una perspectiva de aprendizaje permanente”. 

Rolla Moumné, especialista del Programa Sobre el Derecho a la Educación, UNESCO

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