La actividad se dio inicio con la participación del rector de la Universidad de Panamá, Eduardo Flores Castro, quien destacó que la mejor manera de integrar a la América Latina es a través de la educación: “Cuando se rompen las relaciones diplomáticas entre los países, los académicos nos seguimos comunicando. Así que la educación es la tabla de salvación para América Latina y el mundo.”

Seguidamente, Aracelly León, directora del Instituto Centroamericano de Administración y Supervisión de la Educación (ICASE) fue la encargada junto al vicerrector de Extensión de la Universidad de Panamá, Denis Javier Chávez, de presentar la participación de Francesc Pedró, director del IESALC, quien compartió con los asistentes virtuales el más reciente estudio del Instituto: COVID-19 y Educación Superior, de los efectos inmediatos al día después (incluir nombre completo y enlace al documento).

Chávez resaltó, previo a la participación del IESALC, la misión y visión del Instituto, que abordan la colaboración en el desarrollo de los sistemas de educación superior y la promoción de la educación como un deber público y un derecho universal. Así mismo, recalcó que la conferencia del IESALC llega en el momento preciso en que las universidades atraviesan en el mundo entero una pandemia que ha agravado las dificultades internas y presentado nuevos problemas. Concluyó asegurando que son muchas las oportunidades que se presentan ante la crisis, pero que para superarlas es indispensable que los Estados den prioridad a la educación y en especial a la educación superior: sería inadmisible que no se realicen reales transformaciones al sistema educativo universitario.

El director del IESALC compartió el informe IESALC: COVID-19 y educación superior. Análisis de impactos, respuestas políticas y recomendaciones, en el que se exponen los aspectos afectados por la pandemia: La reducción de aranceles, el cierre de universidades y su consolidación, despidos de profesores y personal de apoyo universitario, la proletarización de la docencia y la disminución del gasto público en educación superior, entre otros.

Sin embargo, ante la necesidad de también hablar y debatir sobre “la nueva normalidad” se plantea la pregunta ¿cómo será la reapertura? Se destacan, según Pedró, tres grandes momentos basados en los principios fundamentales de la UNESCO: asegurar el derecho a la educación y no dejar a ningún estudiante atrás, y mejorar la calidad de la experiencia de la educación superior.

“Los dos primeros pasos que son inevitables y universales: el continuar y el reabrir…Nosotros creemos y la Universidad de Panamá no es excepción en este sentido, que lo que se está haciendo y se debe hacer mientras continúe el cierre -de las IES- es apoyar a los estudiantes y a los profesores, en particular con apoyos tecnológicos, pero también pedagógicos y en algunos casos socioemocionales, para garantizar que no perdemos a nadie…”

De igual forma aseguró que se deben tener presente los cambios que, ya sea por imperativos sanitarios o de organización, propiciará una experiencia educativa muy distinta.

Al cierre enfatizó que “así como para la situación de emergencia nadie parecía tener un plan de contingencia, ahora no tendríamos excusas sino planificamos adecuadamente cómo queremos que sea esta reapertura garantizando todos los aspectos sanitarios, pero también la experiencia global que debe caracterizar a la universidad”.

El director del IESALC solicitó prestar mucha atención y dedicación al tiempo que se requiere para recuperar el tiempo que estuvieron paralizadas las actividades, incluso durante la educación a distancia. Es imperativo detectar las pérdidas que presenten los estudiantes antes de avanzar con nuevos contenidos.